Holaaaa, por fin de vueltaaaaa, sííííi.
Bueno tengo muchas cosas que quisiera contar pero voy a resumir que sino el blog de hoy puede ser interminable.
Felicidad, esa es la sensación que tengo desde que llegué a Zaragoza hasta el día de hoy. Me siento feliz y me he encontrado de lo más a gusto, arropada de gente que me quiere y a la que quiero.
He recibido muchos regalos, y todos de corazón... Desde dinerito que siempre va bien, pasando por unas deportivas para llegar muy lejos, una fiesta sorpresa con una deliciosa comida y maravillosa compañía y un estupendo ordenador desde el que poder estar conectada con el mundo.... Síííííí, felicidad eso es lo que siento. Los momentos que me han regalado mi familia y amigos no se pueden explicar, eso se siente y me he sentido querida, muuuuuuyyyyy querida. Necesitaba esta ola de calor y amor y me he vuelto satisfecha y con las pilas recargadisimas. GRAAAAACIAAAAASSSSS.
Antes de ayer estuve hablando más con una de mis nuevas compañeras de casa, se llama Nathalie y es un amor de chica, lo cierto es que tengo mucha suerte. Me gusta su forma de pensar, es muy positiva y eso siempre es bueno.
Se rompió el desagüe de la cocina y no se porqué está conectado con el del baño y no se que rollos más. El caso es que Nathalie estaba fregando unos platos y se ha medio inundado la cocina y decía: - Por esto tranquila, no podemos quejarnos es una minucia, es en Japón donde tienen problemas, esto no es nada.
Cualquier otra persona se hubiese acordado de toda la familia del fontanero por no arreglarlo cuando vino pero ella se lo tomó de lo mas bien así que estoy doblemente contenta :)
Y ayer.... tachánnnnn, salida nocturna con Viviane. Me llevé al trabajo ropa para cambiarme; el viernes acordamos que iríamos a su casa, prepararíamos la cena, saldríamos de fiesta y me quedaría a dormir con ella por lo que después del trabajo fuimos a su casa a preparar tortilla de patatas (vegana of course) que a Viviane le apetecía probar. Después de cenar fuimos a una zona que hay cerca de su casa. Entramos en un club by de face (Viviane no tiene vergüenza y convenció al de seguridad) y estuvimos bailando un rato. Lo pasamos muy bien, estuvimos un par de horitas y para casa que hoy había que trabajar.
Poco a poco me siento mejor aquí, ahora espero que el día a día me aporte lo suficiente para poder continuar contándoos My life in London...