Por la mañana Víctor (al que no veía desde el año pasado...jejeje, qué payasita soy) me ha mandado un sms para ir a ver un desfile que hacían en el río, lo que ocurre es que hemos quedado a las cuatro y el desfile terminaba a las tres y además haciendo honor a la mala fama de impuntuales que tenemos los españoles he llegado tarde... aunque le he avisado menos mal que es un trocito de pan y no se ha molestado.
Hemos ido al Vitao ya que con él no había estado y después de estar un ratito hablando el gusanillo del hambre ha hecho su aparición y ha sido cuando he caído en la cuenta de que excepto un vaso de leche por la mañana desde ayer al medio día no había comido nada y es que a veces se me olvida, a él le ocurre lo mismo jiji. A lo que vamos, me ha invitado a comer y a las cinco de la tarde nos hemos dispuesto a celebrar sin intención ninguna la comida de año nuevo. Me he puesto como "la moñoño" más por lo rico que estaba que por hambre, al final aún me he dejado un poquito porque no podía más y es que estaba todo delicioso.
Como digo, para equilibrar la noche vieja ha sido para mi un año nuevo estupendo. La conversación con mi compi como siempre un placer, además hacía mucho que no nos veíamos y había que ponerse al día.
Y como las cositas buenas también vienen de dos en dos además he tenido un regalito....
Volviendo en el metro me he sentido como si llevase viviendo aquí largo tiempo, y es que poco a poco vuelvo a la cotidianeidad. Gente leyendo, escuchando música, jugando con los iphones... multitud de razas, colores, tipos de personas, costumbres. Multiculturalidad... como me gusta My life in London...
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