FELIZ AÑO NUEVO, QUE EL 2011 LLENE VUESTROS CORAZONES DE AMOR Y ALEGRIA.
Fabrice, el chico francés que conocí poco antes de las navidades me invitó a casa de unos amigos que iban a hacer una pequeña celebración. Realmente no me apetecía en absoluto pero él insistió y mi plan era ver pelis tranquilamente así que me dije venga Becky no hagas caso a tu primera reacción por esto de estar abierta a conocer gente y vivir nuevas experiencias... será que tengo poco con la experiencia que supone el día a día en London.
Quién me mandaría a mi meterme en esos berenjenales... llegamos a casa de su amiga sobre las ocho y poco, se suponía que íbamos a estar un par de horas (para poder volver en metro) que se han convertido en más de cuatro. Todos eran franceses y aunque al principio intentaban hablar en inglés.... na, la lengua tira por lo que no me he enterado de nada en toda la noche. Como Fabrice me dijo que estaría en casa sobre las diez y media u once pensé que cenaría a la vuelta y ¡sorpresa! había preparado un bufet libre en casa de su amiga, y lo mejor es que tooooooodo llevaba animalitos muertos :( así que pese a la insistencia de sus amigos no he comido nada. Y en las campanadas..... momento de pequeño bajón-raro. Es la primera vez que paso una noche vieja tan lejos de casa y de los mios. Si a eso le unimos que estaba con gente que no conocía ni entendía.... En fin, ha sido extraño, diferente.
Pero como las alegrías van como poco de dos en dos.... yo pensaba que ya nos íbamos a casa (al menos yo me íba... aaay ilusa) pero Fabrice me ha pedido por favor que le acompañe porque tenía que pasar a saludar a otros amigos, que nos llevaban en coche y que estaba cerca de casa. Yo he pensado bueno, si está cerca de casa y nos llevan en coche él que se quede con sus amigos y yo me voy, pero aquí la palabra cerca está sobrevalorada y significa más de media hora en autobús después de que nos acercasen a la parada.... Así que nos hemos plantado en una fiesta africana y he estado sentada frente a una mesa repleeeeeta de carne... cuando la he visto me han entrado ganas de llorar. A mi lado había una chica y me dice: - Es que los africanos comemos mucha carne.
Le he respondido que los españoles también pero claro ahí en plan asado todo, un montón de muslos de pollo y... en fin que paso de recordar todo lo que había para mi un ascazo total.
Cuando por fin ha terminado la pesadilla y hemos vuelto a casa, Fabrice me ha preguntado si me ha gustado la noche y si estaba molesta con él...
- A ver cómo te lo explico sin lanzarme a tu cuello....
Lo cierto es que no estoy molesta con él sino conmigo por no hacer desde un principio lo que quería hacer. Esto es lo que ocurre cuando haces cosas por los demás sin querer, no sólo no disfrutas sino que además (al menos en este caso) los demás tampoco lo hacen por estar pendientes de que lo pases bien. El pobre se ha pasado toda la noche pidiendome perdón. Si no hubiese cedido a su insistencia en que fuese, él podría haberlo pasado de lo lindo sin tener que estar atento a otra persona y yo hubiese sido feliz viendo pelis de risa.
Bueno, es evidente que mi salida y entrada al año nuevo no ha sido lo que esperaba pero he aprendido una gran lección. A partir de ahora intentaré siempre hacer únicamente lo que realmente me apetezca hacer y no lo que a los demás les gustaría, es un flaco favor para ambas partes.
Y ahora me voy a dormir que ya es horita, mañana empiezo un nuevo año que traerá seguro un montón de experiencias a My life in London...
No hay comentarios:
Publicar un comentario